No es miedo lo que corre por las venas
No ira rencor ni envidia loca
No es la sangre torrente de alegría
ni júbilo ni algarabía las arterias
Por esta vez han huido del pecho
todas las estrellas menos una
Un desierto y no por fuerza sosegado
es páramo infinito en mis adentros
Las manos no tiemblan ni arrebatan
No es dolor lo que rompe los huesos
ni amor del malo ni del bueno
No son los gritos plegaria o penitencia
ni a lo lejos residuo de una sombra
No Pemol
lo que hoy me hunde abandona aísla
es esta dulce devastadora
melancolía
Carlos, Acosta, (2012). El
zarzo de los pemoles. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto Tamaulipeco
para la Cultura y las Artes/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
88pp.
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