viernes, 19 de julio de 2013

El zarzo de los pemoles de Carlos Acosta

Algunas madrugadas Pemol



me despiertan parvadas de calandrias

Su plumaje fosforescente parpadea en lo oscuro

sobrevuelan en círculos el cielo del insomnio

Soy un hombre desvalido

esperando el momento en que los pájaros

me sacarán los ojos

No es angustia lo que oprime el pecho

sino algo parecido a la desolación

Ofrezco a las aves mis labios

las manos los dientes las uñas

lo que abarque el aire de pies a cabeza

Pero las calandrias sólo sobrevuelan

Entonces

me abro la camisa

y en voz baja les digo:

coman pues del corazón




Carlos, Acosta, (2012). El zarzo de los pemoles. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 88pp.

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