Te llamo desde lo profundo del abismo
que también es cielo
Desde el arrebol más nítido te nombro
A la orilla del silencio mi respiración te invoca
Y mientras la ansiedad esa enemiga
revuelca lo que soy por dentro
el nudo en la garganta
ciego
irresoluble
implora tu presencia
Te llamo desde la mudez de mi inconsciencia
que también es grito
y quién sabe si mis ladridos te desnuden
¿Debo nombrarte como se nombra a los dioses?
Tu origen es mi origen Pemol
La luz de tu vientre modeló a mis ancestros
y dibuja adioses y esperanzas
colores y remordimientos
en este teatro del absurdo
al que nombro mi vida
Carlos, Acosta, (2012). El
zarzo de los pemoles. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto Tamaulipeco
para la Cultura y las Artes/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
88pp.
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