Te deshaces en mi boca
y una risa
parecida a tus mañanas
me sorprende
un sereno dulzor de miel antigua
cobija el dolor de mis pulmones
Vas por mi cuerpo y los pulsos
van saltando de contento
Los pies sobre el agua
camino lento
muy lento
Y las manos
ya de noche
reacomodan las estrellas
de tal modo que la mía
quede a los pies de tu cama
Te deshaces en mi boca Pemol
y me convierto
en aquello que siempre quise ser
Carlos, Acosta, (2012). El
zarzo de los pemoles. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto Tamaulipeco
para la Cultura y las Artes/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
88pp.
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