Un poeta atado a un muro
muñecas y tobillos lacerados
los caminos están mohosos
sólo queda el desierto
y llevar al muro como lastre
¡Cómo odio este lento morir de boca seca!
Ráfagas de viento me ciñen al muro
nos van desmoronando
“polvo eres y...”
¿Qué haré cuando no haya muro
y nada de ti me duela?
Tendré que rehacer las heridas
para que del dolor vuelvas a nacer,
pero mientras,
que doloroso es parir un poema de soledad
cuando aún estás a mi lado.
Jacobo, Mina, (2011). Terminal
Laredo. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto Tamaulipeco
para la Cultura y las Artes/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 110pp.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario