XII
Se abren puertas de templos oscuros
para dar la excomunión al penitente,
se inicia el estremecimiento de campanas
como llamando a los feligreses
del desvelo.
Primero llegan las estrellas de la noche
con sus ramos de aromas entumecidos,
con sus senos al viento
para alimentar al mundo.
Luego llegan los esclavos del trabajo
para ahogarse en los sabores del alcohol
y olvidarse de tristezas que se oxidan
en paredes cotidianas de la mismidad.
Rodríguez, Ramiro, (2011). Íngrima la ciudad. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto
Tamaulipeco para la Cultura y las Artes / Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes. 88 pp.
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