CARTA DE MAREAR POR LA ARMONÍA
Nada importa más
que ese destello de luna que fue el tiempo
en el que conversamos
Permíteme llorar cuando mi voz no toca tu alma
cuando mis oídos no escuchan tus amorosos ecos
Los mares sin oleaje son marismas
claustros de mar
aljibes de sal
espejismos de profundidad
balsas livianas buscan ahí
en la sobriedad de las aguas bajas
un sólido sustento
Los mares vivos no tienen calma
abrevan de una sed en llamas
embisten con suicida furia
la bruma los torna depresivos
se ahogan en sí mismos
aspiran añoranzas tornasoles
desmayan en horizontes ciegos
mueren cada ciclo lunar
en desconsuelo
Permíteme llorar mi propia muerte
No ves que muero
en la coordenada exacta
donde tú me habitas
Martha, Izaguirre, (2011). No mires el reloj. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto Tamaulipeco
para la Cultura y las Artes/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 112pp.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario