TODA CIUDAD QUE SE RESPETE
Toda ciudad que se respete
tiene un viejo sentado en la plaza principal
y este viejo sabe todo lo que pasa
en la ciudad.
Una tarde pasé junto al ciego de la plaza,
me detuvo y dijo: tú la buscas ¿verdad?.
Él me conocía, te conocía;
sabía toda esa historia
de madrugadas sobre el río,
noches en el “Express Cervezas ‘n tequilas”.
Conocía los olores de los animales en celo,
la arritmia crónica de tu taconeo y
la frase que siempre usas cuando haces el amor
–“nunca me dejes”–.
Esta es una ciudad pequeña
que se enciende al conocer tus historias.
Luego siguió hablando del color del mar y del invierno,
de esas montañas que nunca se ven,
de esa extraña luz que se aparece en tus bosques,
de los jeroglíficos que dibujé un día en tu espalda
y del significado de las estrellas de mar.
Cuando habló del deseo glaciar
me convencí que hablaba de ti
y me fui a caminar por los suburbios.
Jacobo, Mina, (2011). Terminal
Laredo. Ciudad Victoria, Tamaulipas: Instituto Tamaulipeco
para la Cultura y las Artes/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 110pp.